Los seguidores más antiguos de mi blog recordarán que hace ya tres años (joé cómo pasa el tiempo) dediqué un post a un cómic titulado The Boys. Para refrescaros la memoria os recordaré que se trata de un cómic de Garth Ennis, que está considerado como uno de los guionistas más gamberros que os podáis echar en cara. Por ello, el cómic de The Boys derrocha en sus páginas el mayor grado de hijoputismo y gamberrismo sádico jamás visto en los últimos años. El caso es que supongo que todo ello, unido al humor negro que derrocha a raudales, habrá gustado a alguna que otra compañía cinematográfica tanto como para realizar una adaptación a la gran pantalla. Y yo verdaderamente me froto las manos, porque a poco que pongan a un director competente se puede sacar de aquí una peli realmente cojonuda. Y es que imaginaos un mundo en el que los tipos superpoderosos no son los típicos héroes altruistas de Marvel, que siempre velan por la seguridad de la gente de a pie. Imaginaos un mundo en el que la mayoría de esos "prodigios" son una panda de detestables hipócritas, cabronazos y odiosos a más no poder. En un mundo así haría falta disponer de un grupo de tipos duros todavía más cabronazos que ellos, encargados de mantener a raya a todos estos supuestos "héroes". Y ahí es donde entran nuestros muchachos de The Boys un selecto grupete de cinco agentes meta-humanos que trabajan para un departamento secreto del gobierno de los EEUU, que se dedican a reunir información (trapos sucios) sobre superhéroes, con el fin de tenerles controlados o para deshacerse de ellos si la situación lo requiere. En definitiva, un cómic brutal de chantajes, palizas y extorsiones donde todo vale para recordar a los superhéroes quién manda (esperemos que no pase como con Watchmen, donde muchos padres llevaban a sus hijos pequeños al cine pensando que era una peli de "superhéroes", y a mitad de la peli se iban de la sala acongojados con los pobres críos). Supongo que esto lo provoca el sempiterno prejuicio, que no me cansaré de comentar en mi blog, de creer que todo lo que está basado en un cómic es apto para chavales. ¡Ah!, se me olvidaba decir que si se les ocurre poner al actor Simon Pegg como protagonista (el de Zombies Party) ya sí que lo bordan.
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