Hace ya muchos días que no me marco ningún post peliculero en el blog, así que voy a aprovechar para dedicar unas líneas a esta peli que vi ayer por la tarde. La verdad es que visionar este film en pleno Mundial de Fútbol de Sudádrica, hay que reconocer que uno se mete más de lleno en su argumento por ese simple hecho. Y es que la peli se desarrolla en ese país, y también tiene como eje argumental un campeonato Mundial (pero de Rugby, concretamente el que tuvo lugar en el año 1995). Lo primero que tengo que decir es que lo que más llama la atención de este film es la figura de Nelson Mandela, un personaje del que no tenía demasiadas nociones, pero que si aquí está reflejado más o menos fielmente a cómo era, hay que reconocer que este hombre es un ejemplo de excelente persona, todo bondad y generosidad, sin un ápice ni un atisbo de que pueda tener en su alma lugar para el rencor o la maldad (lo cual tiene más mérito en una persona que había estado 27 años en la cárcel por manifestar sus ideas en contra de la política del apartheid). Y es que ver la figura de Mandela interpretado por el siempre genial y magnífico Morgan Freeman, le dejan a uno con ganas de ser más generoso, humilde, compasivo y mejor persona tras acabar de ver esta película. La película se centra en el hecho del propósito de Mandela para utilizar el deporte con el fin de unir a la población, aprovechando que se acercaba el campeonato mundial de rugby de 1995 antes mecionado (pues por aquel entonces el país se encontraba totalmente roto, lleno de odios, rencores y xenofobias entre unos grupos y otros).
Como he dicho más arriba, se trata de una película perfecta para ver durante esta época en la que nosotros estamos viviendo el Mundial de Fútbol de Sudáfrica. No sé si os habréis fijado en el detalle de los días en los que juega España, donde puede apreciarse que la gente es todo alegría e ilusión y los colores de la Roja abundan colgados en las terrazas de los pisos. Durante esos momentos la gente deja atrás cualquier diferencia política (no hay "Rajoys" ni "Zapateros" que valgan) o desavenencias de cualquier tipo y se disfruta viendo el partido de su selección en compañía de una muchedumbre que comparte la misma ilusión. Pues bien, esta idea es lo que se puede sacar en claro de esta película, contextualizado en una época y en un país lleno de conflictos y diferencias entre sus habitantes, lo cual refleja la grandeza de las ilusiones generadas por el deporte. Por eso me gustaría recomendar esta película a todas esas personas que cada vez que juega España se quejan de los gritos y de la pasión con la que se viven esos partidos, argumentando que no entienden tanto alborozo por unos tíos pegando patadas a un balón. Seguramente después del visionado de esta película (si lo hacen de una forma objetiva y sin cerrarse en banda en su idea preconcebida), tendrán otra noción de cómo de importante puede ser el deporte a la hora de unir a las personas. ¡Una peli muy recomendable basada totalmente en hechos reales, pues realmente Sudáfrica consiguió realizar esta gesta en aquel campeonato del mundo de 1995!.
Como he dicho más arriba, se trata de una película perfecta para ver durante esta época en la que nosotros estamos viviendo el Mundial de Fútbol de Sudáfrica. No sé si os habréis fijado en el detalle de los días en los que juega España, donde puede apreciarse que la gente es todo alegría e ilusión y los colores de la Roja abundan colgados en las terrazas de los pisos. Durante esos momentos la gente deja atrás cualquier diferencia política (no hay "Rajoys" ni "Zapateros" que valgan) o desavenencias de cualquier tipo y se disfruta viendo el partido de su selección en compañía de una muchedumbre que comparte la misma ilusión. Pues bien, esta idea es lo que se puede sacar en claro de esta película, contextualizado en una época y en un país lleno de conflictos y diferencias entre sus habitantes, lo cual refleja la grandeza de las ilusiones generadas por el deporte. Por eso me gustaría recomendar esta película a todas esas personas que cada vez que juega España se quejan de los gritos y de la pasión con la que se viven esos partidos, argumentando que no entienden tanto alborozo por unos tíos pegando patadas a un balón. Seguramente después del visionado de esta película (si lo hacen de una forma objetiva y sin cerrarse en banda en su idea preconcebida), tendrán otra noción de cómo de importante puede ser el deporte a la hora de unir a las personas. ¡Una peli muy recomendable basada totalmente en hechos reales, pues realmente Sudáfrica consiguió realizar esta gesta en aquel campeonato del mundo de 1995!.
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