Como buenos frikis que somos en este humilde blog, no podíamos dejar pasar la oportunidad de dejar de comentar uno de los cómics que más han dado que hablar entre las novedades de estos últimos meses. Sobre su autor,
Garth Ennis, ya he hablado en varias ocasiones en reseñas tales como
The Boys,
Thor: Vikingos,
Preacher, étc..., y del que ya he comentado que le viene que ni pintada la comparación que le hacen muchos sobre que este guionista es para el mundo del noveno arte lo mismo que
Tarantino es
para el mundo del cine. Y es que si algo destaca en sus cómics es siempre su impronta gamberra, transgresora, violenta, rompedora y demás calificativos que queráis darle. Así que este cómic suyo titulado
Crossed tampoco se queda atrás en lo que a polémica se refiere.
Tal y como he comentado otras veces, últimamente están muy de moda los argumentos apocalípticos en los que la humanidad se va a la mierda, proliferando de esta forma títulos que se sustentan en la premisa de grupete de supervivientes tratando de mantenerse con vida ante un peligro que les acecha (véase
Los Muertos Vivientes,
The Light, étc...). Así que
Crossed se sube también al carro de títulos cuyo hilo argumental se basa en esto comentado, con la particularidad de que el peligro acechante que aquí se presenta quizás resulte el más inquietante de todos (más que los zombies, incluso).
Y es que amigos míos, imagináos que un buen día y por alguna extraña razón, una especie de epidemia, virus o como queráis llamarlo se empieza a extender entre la gente de a pie, provocando la aparición en sus rostros de una especie de llaga con forma de cruz, y de la que uno se puede contagiar si se entra en contacto con cualquiera de sus fluidos corporales (ya sea sangre, saliva, étc...). Unamos a esto el hecho de que de repente esas personas afectadas dejan de comportarse como gente normal, y aflora en ellos la necesidad de actuar dando rienda suelta a los más salvajes y sanguinarios instintos del ser humano (en definitiva, un comportamiento psicópata pero elevado al cubo, que haría languidecer al mismísimo
Hannibal Lecter).
Si comparamos esta amenaza con los zombies de
Los Muertos Vivientes de
Kirkman, sin duda alguna resulta más peligrosa, pues los zombies son lentos y torpes, mientras que los "infectados" de
Crossed son rápidos, conservan parte de su razocinio y si te cogen por banda lo menos de lo que te tienes que preocupar es de que te coman vivo (para que os hagáis una idea, es como si fueras el conejillo de indias de alguien que aúna en su mente los peores rasgos asesinos, violadores y psicóticos que uno se pueda imaginar). De esta forma, lo que nos vamos a encontrar es un cómic no apto para gente tikis-mikis, pues las escenas violentas están a la orden del día.
Y es que desde los compases iniciales, la historia arranca de una forma bestial con una escenita del tipo "
made in Ennis". A continuación se nos presentará al grupo principal de supervivientes, a los que acompañaremos en su difícil misión de mantenerse con vida en un mundo como este. Hay que comentar a este respecto que la historia intercala diversos flashbacks a través de los cuales iremos viendo cómo ese grupo ha llegado al estado de desesperación en el que se encuentran, tras haber pasado varios meses yendo de un sitio para otro desde el estallido de esa "plaga". Como es de suponer,
Ennis no va a dejar pasar la oportunidad de mostrarnos el hecho de que para sobrevivir en un mundo así, los protagonistas a veces tendrán que dejar de lado su humanidad (y muchas veces hasta incluso ponerse a la altura de esos individuos de los que huyen). Sin embargo, por muchos actos atroces que nuestros protagonistas tengan que realizar en aras de su supervivencia, hay un rasgo que los separa de esos "infectados":
sus remordimientos.
En definitiva, que si eres fan de
Ennis, de sus argumentos transgresores y además eres afín a las temáticas apocalípticas, deberías leer este cómic. Además a mí personalmente me ha encantado la fantástica edición de la editorial
Glenat en un buen tomo y con un papel de gran calidad. Mención especial también al dibujo de
Jagen Burrows, que por momentos y salvando las distancias, me recordaba al estilo del magnífico
Gary Frank. Eso sí, insisto en la idea de que si eres una persona un poco impresionable quizás deberías pensártelo, porque el cómic empieza
así desde sus primeras viñetas..., y esto es sólo el principio.