Pues hoy toca postear en esta sección dominical tan esperada por ese sector de público que está hasta el huevamen de las parrafadas de mi blog y arden en deseos de ver nada más que cuatro letras mal contadas acompañadas por una imagen inquietante. Así que para satisfacer a ese sector crítico y radical, hoy hablaré de un personaje que, aunque no es de los más conocidos de Marvel comics, ha tenido sus momentos de gloria y protagonismo. Me viene a la cabeza, por ejemplo, la miniserie que la dedicaron hace unos pocos años, realizada por el genial Frank Cho, donde se combinaba a la perfección la aventura y la acción sin más pretensión que la de entretener (incluso recientemente ha tenido alguna que otra aparición estelar en la parte del crossover de Invasión secreta que se desarrolla en la Tierra salvaje). Y es que Shanna habita en esa mencionada Tierra salvaje, un lugar inhóspito y peligroso donde se esforzará en poner freno a las amenazas venidas del exterior y en preservarla de la contaminación tecnológica. Y no os dejéis engañar por su aspecto tan femenino, porque es capaz de despachar a un Tyranosaurio o a un Velocyraptor como el que sale por ahí de paseo a coger setas un sábado por la tarde.
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