miércoles, 6 de agosto de 2008

NUEVOS THUNDERBOLTS

Retomo mis elucubraciones en el blog tras casi un año de parón, porque me apetece volver a escribir sobre las movidas que leo y que me hacen pasar un buen rato, por si a alguien le interesa la recomendación y le puede hacer pasar un buen rato como a mí. Hoy voy a hablar de mi última lectura que no es otra que las andanzas del mayor grupo de cabronazos que os podáis echar en cara. Se trata de los nuevos Thunderbolts, formado por un elenco tan variopinto como Piedra Lunar, Penitencia, Venom, el Espadachín, Pájaro cantor, Hombre radioactivo y el mayor bastardo de todos: Bullseye (por no hablar de la cabeza pensante de este tinglado que no es otro que el maniaco de Norman Osborn). Como es bien sabido, la CIVIL WAR dio paso a la INICIATIVA, es decir, que cada estado de los USA contaría con su propio grupo de supertipos registrados. Este grupo de maniacos y ex-convictos quedan encuadrados en el Estado de Colorado, donde estarán encargados de "cazar" a héroes renegados que no se hayan acogido al acta de registro. La verdad es que Warren Ellis nunca ha sido un guionista que me haya encandilado y muchas veces creo que está sobrevalorado. Reconozco que su labor en Autorithy fue bastante buena y en Transmetropolitan tampoco lo hace nada mal, pero también tiene "joyitas" que a mi me dejaron indiferente (no sé..., por ejemplo su Global Frequency, su Ocean, su Down e incluso su famoso Desolation Jones).
Pero su labor en estos Nuevos Thunderbolts hay que reconocer que el tío sabe engancharte desde el primer número. Esa forma de retratar a esa panda de maniacos lo hace de forma formidable y encima sabe sacarlo partido por el hecho de que trabajen del lado de la ley. La forma de retratar a Mac Gargan (el nuevo huésped de Venom) da auténtica grima y pavor. Vuelve a hacer de él un personaje que infunde miedo, sobre todo viéndolo en acción y por la forma que tiene de tratar a los héroes no registrados que son blanco de los Thunderbolts. Claro que a esto ayuda mucho la labor que hace Deodato en los lápices, con un estilo que es un auténtica delicia visual para los sentidos. Esas formas esbeltas combinadas con ese trazo oscuro pero tan bien logrado, ayuda mucho a secundar los buenos guiones de Ellis. Habiendo leído solo hasta el nº 7 de la edición de Panini, tengo que reconocer que se ha convertido en una de mis favoritas y de las que más ansío mes a mes. Toda esa pléyade de tarados del lado de la ley y trabajando en el bando de los "buenos" da mucho juego, y nadie mejor que Ellis para retratar, como él solo sabe, las personalidades tan dispares de todo este grupo tan peculiar. En definitiva, un serie que recomiendo encarecidamente porque merece mucho la pena.

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